Náufragos, ¡por fin publicada!

Todos tenemos fantasías inconfesables, anhelos o deseos que no nos atreveríamos a contar ni a nuestras parejas. Viven en lo más profundo de nuestra psique, ocultos bajo capas de autocensura que nosotros mismos nos autoimponemos. Y que sólo salen a flote cuando les dejamos o cuando nos sentimos débiles o caemos en la tentación de dejarnos llevar por ellas.

Hay un deseo oculto que vive en mucha gente, yo lo sé, pues llevo muchos años escribiendo relatos primero y novelas después, y he explorado esos mundos con una calenturienta imaginación. Siendo el portador de dicha fantasía inconfesable para mucha gente y que tal vez gracias a mis escritos han compartido en cierta medida conmigo o yo con ellos, según se mire.

Náufragos fue la primera novela que escribí "completa", con un inicio, un desarrollo y un final. Pues hasta ese momento sólo había atinado a juntar nueve o diez capítulos de una serie hasta aburrirme, hasta que llegaba un punto en el que todo se me hacía repetitivo y no sabía por dónde seguir. Con Náufragos me propuse cerrar el círculo y terminarla: ¡y lo conseguí!

Después llegó Memorias, donde di rienda suelta a esa fantasía que se desarrollaba en Náufragos hasta sus últimas consecuencias. Si bien ambas novelas son distintas, pienso que, si ya leíste Memorias, te gustará Náufragos y al contrario.

Las fantasías están ahí para aportarnos algo de sal y pimienta a nuestra sexualidad, algunas las llevamos a cabo y otras no nos atrevemos a hacerlo, pero pienso que esto no tiene nada de malo. Pues sabemos que hay cosas que son imposibles, otras que son simples curiosidades y algunas que sólo tienen éxito como fantasías irrealizables. Ambos lo sabemos, ¿verdad? ¡Pero que no se entere nadie, será nuestro secreto!

Pero, ¿por qué no he publicado Náufragos antes? Pues comencé por Memorias, porque pensaba que era una novela mejor: más extensa, con más personajes y más intrincada y compleja. Luego quise cambiar de género y tiré de otras novelas que ya tenía terminadas como: Soy Puta, Caluroso Verano y Un Guiño del Destino. Escritas todas tras Memorias y más o menos en ese orden.

Luego han llegado las nuevas: El secreto de Beatriz y la ultimísima Vaquero de Ciudad, escritas muy recientemente a diferencia de las cuatro anteriores y cambiando el registro, más cortas, pero también pienso que más intensas.

Y llegados a este punto me he acordado de la primera, de Náufragos. Y he pensado que por qué no publicarla. Después de todo Memorias ha sido mi novela más leída hasta el momento, ¿por qué no darle la oportunidad a Náufragos?

Náufragos tiene otros ingredientes que la distinguen, una pizca de aventura, un poco de la inocencia de la época, del desconocimiento de la sexualidad, tal vez ingenua en algunos momentos y una trama que se desarrolla en un escenario más extremo:

"Una madre se ve abandonada a su suerte en una isla desierta con sus dos hijos, en un tiempo en el que se está llevando a cabo lo que hemos llamado: "La conquista del nuevo mundo". Sin esperanza de ser rescatados, se resignan a vivir en la isla, aunque algún golpe de suerte les trae algo de distracción, que les ayuda a salir de la monotonía de la supervivencia.

Pero la isla guarda sus secretos, y ellos, ajenos a éstos, no sospechan lo que les depara el destino. Siempre caprichoso, siempre en movimiento. Todas esas aventuras las vivirán con pasión, con miedo a veces e incluso con pánico. Los tres solos, en una isla desierta..." 

Zorro Blanco

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